Esa canción...
- laportenarevista

- 17 jun 2022
- 1 Min. de lectura
Por Sergio Levin

Acabo de leer la historia detrás de una canción de hace muchos años,
hermosa, pero nunca supe su significado.
Ahora que conozco su origen, la redescubrí y me emociona aún más.
Sandy era un niño pobre de la ciudad de Búfalo, que se ganó una beca
para estudiar en la Universidad de Columbia, allí tuvo como compañero
de cuarto y amigo a Arthur.
Un día viendo un partido de béisbol, Sandy se quedó ciego, tuvo una
trombosis. Esto le produjo una gran depresión y decidió dejar de
estudiar.
Al poco tiempo Arthur fue hasta su casa y lo convenció de que volviera
a la universidad, que lo iba a ayudar.
Y así fue, le leyó todos los exámenes, los libros y el chico ciego
terminó con una licenciatura en derecho, una maestría en Harvard y un
doctorado en Oxford.
Trabajó como consejero en la Casa Blanca, asesoró presidentes como
Gerald Ford y Jimmy Carter.
Pero volviendo un poco atrás, en 1964, cuando estaban aún
estudiando, Arthur le pidió prestado a Sandy 400 dólares para lanzar un
disco de su autoría, el cual no tuvo mucho éxito, pero una de sus
canciones fue la más tocada ese año, la canción qué Arthur Garfunkel
compuso en honor a su amigo Sandy Greenberg, “Los sonidos del
silencio”



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