DIARIO DE UN NAUFRAGIO Por Sergio Levin
- laportenarevista

- 18 sept 2020
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 19 sept 2020

Me desperté esa mañana con una sensación extraña como si fuera un deja vu que nunca
había visto.
Le dije buen día a mi mujer y a mi hija pero parece que no me escucharon.
El desayuno fue en silencio como a veces.
Ojalá tengan un buen día, pensé.
La ciudad estaba llena de lugares vacíos, como parecida a sí misma pero distinta.
Lugares por los que pasé una y otra vez toda mi vida comenzaban a tener detalles
desconocidos. Pequeños cambios que terminaban cambiándolo todo.
No era un sueño, de eso estoy seguro.
No sentía ni frío ni calor, nada me molestaba y no estaba muy seguro dónde ir pero
tampoco quería llegar.
Era el recuerdo de otra vida, de otra historia, de otra persona o de otro país.



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