AYER HOY Y MAÑANA. Por Sergio Levin
- laportenarevista

- 13 oct 2020
- 1 Min. de lectura

La pandemia llegó para quedarse. Esa entidad que me sugiere ser una caja de Pandora de la cual salieron los aislamientos, la virtualización de las relaciones, el adiós a los saludos con besos, los abrazos reconfortantes.
Si bien parece un futuro sombrío y desolado, hacernos a la idea de que esto llegó para quedarse, nos tiene que generar un espíritu de nuevo comienzo.
A veces es difícil aceptar los cambios cuando uno tiene un férreo preconcepto de las cosas como son, y ya no son más así. Lo único constante es el cambio.
Está en la mente abierta aprovechar las nuevas oportunidades y no cerrarse a la frustración y la depresión. Dicen que a rio revuelto ganancia de pescadores, será cuestión de utilizar las redes para pescar y comunicarnos.
Soy optimista por naturaleza, y si bien por este cambio forzado tiendo a pensar oscuro, invento que el futuro que es hoy, se va a acomodar a mis necesidades.
Soñé que me iba de vacaciones en un crucero dónde era el único pasajero.
Vamos en motos que van a mil en una autopista con infinitos carteles que no dicen nada, y en concordancia con mis contradicciones, cada vez pienso más que "Apocalipsis Now", es realmente "Now".
God save the Queen.



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